Caprichos de

la naturaleza

Descripción

Salpicando esta variopinta geografía de cumbre a costa encontramos caprichos de la naturaleza como el majestuoso edificio volcánico de la Caldera de los Marteles o el curioso campo de dunas fósiles de los Arenales de Tufia. Los barrancos, arterias de drenaje, constituyen espacios naturales que encierran ecosistemas con impresionante diversidad biológica; entre ellos destaca el Barranco de los Cernícalos, un entorno paradisíaco por el que discurre un manantial natural durante todo el año, que da lugar a una exuberante vegetación y una flora y fauna con interesantes endemismos. Estos entornos constituyen escenarios perfectos para la práctica de su deporte favorito al aire libre durante todo el año: llano y montaña para el trial o la bicicleta de montaña, una red de carreteras de montaña idónea para el ciclismo; el senderismo y la escalada o simplemente pasear en familia por entornos naturales de ensueño.

Experiencia a pie entre cascadas:Barranco de Los Cernícalos

Senderistas, turistas y, en general, excursionistas de todas las edades han hecho de este barranco uno de los lugares más visitados de la Isla. Todos ―niños, jóvenes y adultos― han soñado y vivido experiencias inolvidables entre sus riachuelos de agua, sus cascadas y sus frondosos árboles. El hábitat generado por el agua, que discurre permanentemente a cielo abierto, propicia toda una biodiversidad en equilibrio que nos regala maravillosos olores y colores a lo largo de su recorrido.

El barranco de Los Cernícalos tiene unos 12 km de longitud y se halla integrado en el Espacio Natural de la Reserva de Los Marteles, con una extensión de 3.568,7 hectáreas. Este barranco nace en las estribaciones de la Caldera de Los Marteles, a 1.500 metros de altitud, y finaliza su estrecho y serpenteante trayecto en Tecén, cuando se une al barranco de San Miguel. Divide a dos municipios: Telde y Valsequillo; pero, a la vez, une a toda una población en su conservación: los amantes de la naturaleza.

  • PRIMER TRAMO A PIE Aparcamiento-Entrada del barranco. 15 minutos. 500 metros.

Comenzamos en el área recreativa, donde se han dispuesto varias mesas para un delicioso picnic. Fuera de la carretera, tomamos una estrecha vía de hormigón que asciende entre las viviendas residenciales. Es una pequeña subida acondicionada solo para los habitantes de la zona. Nosotros la hacemos caminando sin salirnos del trayecto indicado hasta su final, donde una señal de madera marca el inicio del tramo de tierra por el centro del cauce del barranco.

  • SEGUNDO TRAMO A PIE – Castillo-Cauce del barranco hasta cascada de dos niveles. 1:45 h. 3 km.

Nos introducimos en el barranco entre la abundante vegetación. A medida que ascendemos, el camino se nos presenta más definido. Torcemos a la izquierda para subir unas piedras y conectar con una pista de tierra abandonada rodeada de grandes acebuches.

A la derecha, la pista nos llevará hasta un antiguo pozo (una construcción en desuso), donde finaliza la pista de tierra y comienza el canal de agua. Avance sobre la acequia un pequeño tramo, hasta llegar al camino que se abre entre los sauces.

A partir de aquí, siempre junto al agua, el camino va ascendiendo el barranco, sorteando pequeños caideros hasta su final, que es la cascada de dos niveles. Hasta este punto el sendero se encuentra medianamente acondicionado. Si bien por encima de esta cascada existen otras dos más grandes, el camino está muy erosionado y se desaconseja su realización.

  • TERCER TRAMO A PIE – Regreso por el mismo camino. 2 horas. 3,5 km.

A la sombra de enormes saos o cauces, y después de refrescarnos con el agua que fluye libremente, toca regresar realizando el mismo trayecto en sentido contrario.

de enormes saos o sauces, y después de refrescarnos con el agua que fluye libremente, toca regresar realizando el mismo trayecto en sentido contrario.

QUÉ DESCUBRIR:

  • El artístico trayecto del agua

En todos los barrancos ocurre: el agua, con todos sus componentes, a su paso inexorable, abraza la roca y la tierra, las raíces y el basalto, dibujando escalones, toboganes, caideros y serpenteantes tajos de divertidas formas como el mejor escultor. Este barranco posee incontables cascadas, de todos los tamaños y formas. El objetivo de esta ruta es llegar a la de dos niveles. Por encima de ella, aún quedarán dos cascadas más, aunque el camino es más dificultoso y poco recomendable (solo para senderistas experimentados).

  • El sao canario o sauce

Conocido como sao, es un árbol endémico de la Macaronesia que crece en Madeira y Canarias, donde podemos hallarlo en todas las islas menos en Lanzarote y Fuerteventura. Se trata de una especie higrófila (requiere humedad constante) que es posible ver en los barrancos con curso de agua habitual, así como alrededor de arroyos y pequeñas lagunas o humedales de nuestras islas.

En condiciones óptimas, el Salix canariensis llega a medir hasta diez metros de altura. Posee un tronco gris verdoso que, con la edad, se vuelve cada vez más parduzco y agrietado; las ramas son verdosas, delgadas y suaves, aunque se van tornando rugosas con el paso del tiempo.

Descubre el Corredor Paisajístico:

Esta ruta peatonal y ciclista conecta a lo largo de 13 kilómetros las medianías teldenses con la costa por el cauce de la cuenca hidrográfica de Telde. El sendero comienza en el sector bajo del Barranco de los Cernícalos, en pleno Paisaje Protegido de Lomo Magullo, un espacio distinguido por su vinculación con la economía tradicional canaria, y se extiende hasta la playa de Bocabarranco, junto al Sitio de Interés Científico de Jinámar, de alto valor por albergar materiales sedimentarios de la Formación Detrítica de Las Palmas y vegetación halófila y psamófila de interés, entre otros atractivos naturales.

  • ESPACIOS NATURALES PROTEGIDOS

Juegan un papel destacado en esta aventura. La frontera entre la Reserva Natural Especial de Los Marteles y el Paisaje Protegido de Lomo Magullo es el punto de comienzo –o destino, según la dirección escogida– de un trayecto que ha venido formando parte destacada en la impronta histórica y cultural de Gran Canaria. El legado patrimonial de carácter hidráulico nos acompaña en todo el recorrido gracias a numerosos bienes culturales que saltan a la vista (pozos, acueductos o lavaderos), elementos de destacado valor que han marcado el asentamiento de lugares claves para el desarrollo económico de la zona.

  • CONECTIVIDAD

La mejora en las conexiones con los pueblos es amplia, desde el Lomo Magullo, pasando por El Pastel, Valle de Los Nueve, San José de Las Longueras, hasta el centro histórico de la ciudad de Telde, sin olvidar su conexión con el litoral a través de La Majadilla y Lomo Caraballo, La Pardilla y San Antonio, Valle de Los Nueve Alto y Valle de Los Nueve Bajo, Arenales, Lomo Cuba, Mirabala, Tecén, Cendro, Mayorazgo, Tara, La Herradura, etc.

  • SUS ATRACTIVOS NATURALES

Todo ello se complementa con unos atractivos naturales que no dejan indiferente a quienes lo visitan. De una parte, la geodiversidad, presente en todo su recorrido gracias a vestigios volcánicos como conos de tefra y malpaíses que discurren por tramos del angosto barranco. De otra parte, la vegetación y la composición florística que acompaña el corredor paisajístico es resultado de una simbiosis entre la herencia natural de un paisaje de transición entre las medianías y la costa, y la transformación humana del espacio.

  • EL VALLE DE LOS NUEVE

El barrio del Valle de los Nueve es el impulsor del Corredor Paisajístico de Telde. Es una zona conocida popularmente como «Malpaís» por sus grandes coladas lávicas llamadas «morretes» que recuerdan la gran fuerza eruptiva del Archipiélago.

Posteriormente se unió a la reivindicación el Colectivo Turcón-Ecologistas en Acción para la mejora de los caminos e impulsar carriles bici en condiciones de seguridad para unir los diferentes barrios de la ciudad.

En la actualidad, el Valle de los Nueve intenta recuperar su vinculación con la naturaleza en un firme compromiso por rescatar zonas verdes y tradiciones populares en una combinación cuasi mágica de encontrarnos y fusionarnos con nuestros antepasados y así cantar juntos con orgullo la copla de uno de los personajes de Pancho Guerra en las Memorias de Pepe Monagas:

Soy del Valle de los Nueve,

donde llueve y no gotea;

y a mí no me asustan las sombras,

ni bultos que se menean.

  • BARRANCO REAL DE TELDE

Te invitamos a descubrir el  inicio de  una de las rutas del corredor paisajístico, comenzando el día con un agradable desayuno en el entorno del barrio de San Juan, en cualquiera de una de sus coquetas cafeterías, una mañana temprano,  comienzas la ruta ,  si te   sitúas delante de  la Basílica Menor de San  Juan,  contemplando el conjunto  histórico  artístico  de  su  plaza,  quedando  a  su  espalda  (al  oeste)  el  antiguo barrio  de  San Francisco, se sugiere descender por la calle Juan Carlos I y llegar a la Rotonda del Cubillo, tomando a la izquierda para ir rumbo Jinámar, desde donde comenzará a ver el puente de los Siete Ojos, obra del ingeniero Juan de León Castillo,  y buscar a la derecha una pista de tierra que desciende al barranco. A partir de este punto comienza el  itinerario sobre  tierra que  recorrerá  todo el barranco Real de Telde hasta su desembocadura en la Playa de Bocabarranco.

En los laterales del mismo se encuentran los antiguos poblados de Cendro y Tara que por su  singularidad  arquitectónica  y  su  relevancia  histórica  fueron  declarados  en 1981 conjunto histórico artístico. Una ruta a pie de fácil accesibilidad de unas dos horas y pudiendo volver sobre el mismo camino.

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